martes, 23 de febrero de 2010

La Llamada del ángel 2º Temp. Final

X FIIIINNN





Vamos a ver os resumiré el Capítulo 6. A las chicas les digo que soy una demonia, a todas ellas, después de pegarme con Crisuu en la puerta del prica y borrarle la memoria a la mayoría de los presentes. Y bueno, a todo añádele a Crisuu vestida entera de negro, com uno leggins, rotos una camisola, pirsings x todos lados y esas cosa XDD A bueno, por si no os acordais, se supone que debemos obtener la sangre de Christian, a media noche, para el ritual.



Y ahora El Cap 7



Eran casi las diez cuando llegué a casa. Marcus estaba en la cocina, preparando la cena y Christian en el patio tirado en la hamaca (mítica hamaca entre deo árboles, para dos personas ; comprada por mis padres para sus encuentros románticos, esta era la quinta hamaca en ese mes). Dejé la mochila en el sofá del salón y me dirigí al patio, la luna estaba llena, las pocas luces que habían me señalaban el camino hasta Christia, que tenía los ojos cerrados y los brazos detrás de la cabeza. Con cuidado me eché a su lado y apoyé mi cabeza en su pecho, oí el latido, reposado, de su corazón, suave y repetitivo, era hermoso y tenía miedo que en un par de horas pudiera acabarse, para no volver a sonar jamás. Su mano, derecha, se posó en mi cabeza, acariciándome lentamente.

-¿Ya está todo listo?-

-Sí- Su voz era tranquila y relajada, como el latir de su corazón.

-¿Tú estas listo?-

-Sí-

-¿Si?-

- Enlas noches de luna llena, como esta- pasó de mi pregunta y se puso a

hablar- solía transformarme y salir a volar, como lo echo de menos.

Quiero volver a volar, con toda mi alma, pero el precio por ello es

demasiado alto...-

- Christian... ¿qué es lo que tienes que hacer, para volver a ser un ángel?-

- Te dije que lo olvidaras-

- No puedo. No quiero verte sufrir-

- Inés.. Déjalo estar, pronto todo acabará-



Nos quedamos quietos, mirando al cielo, sin decirnos nada. El tiempo parecía estar en nuestra contra, porque al poco llegaron las doce y nosotros ya estábamos en medio del bosque.

Marcus nos guió a un claro, con una enrome piedra en medio, lisa y plana, de mas o menos metro y medio de alto y dibujado sobre ella un pentágono, en tiza blanca.

Marcus sacó una copa, con un líquido negruzco en su interior, de la bolsa de piel que llevaba, y se la tendió a Christian que se lo tragó hasta el fondo. Me giré para ver a Marcus sacar de su bolsa, una daga con unas extrañas letras grabadas en ella y pronunciaba unas palabras en latín, era un banedición a Satán, que él me había enseñado. Luego Marcus mandó a Christian acercarse, el cual se había quitado la camiseta, se caercó al altar y se colocó al lado izquierdo de Marcus, este tomó su mano derecha y le hizo un corte, con el cuchillo bendecido, en las venas.

La sangre de Christian rodó por su brazo antes de caerse en la roca, que empezó a emitir un resplandor en ese color anaranjado y entonces yo enloquecí. Olí la sangre de Christian, sentía su sabor en mi boca y no pude hacer nada. Christian que giró, me miró tiernamente, mientras yo me transformaba y me lanzaba sobre él. Nada de él reflegaba miedo alguno, aunque yo ya estaba a escasos pasos de él, al contrario, estaba relajado y parecía hasta emocionado...

Me tiré sobre él, cayó sobre la piedra y yo encima de él. Estaba sonriendo, no paraba de sonreir, mientras yo le mordía el cuello y chupaba cada gota de sangre de él. Fui notando como su corazón se debilitaba, pero no podía parar, había logrado mi objetibo, después de todo, al fin, le había matado....

Me sentiá más viva que nunca, como si fuera una especie de droga. Observé, con deseo, como la sangre recorría su cuerpo, hasta el pentágono, que resplandecío con fuerza. Volví sobre su cuerpo y acabé le lamerle y chuparlelas pocas gotas de sangre que quedaban dentro de él, cuando su corazón estuvo seco del todo me separé y lamí la sangre de mis labios. Ya incorporada miré al cuerpo, sin vida, de Christian, estaba sonriente y tranquilo con los ojos cerrados, parecía simplemente dormido. En ese momento me odía porque pensé que Christian me daba igual y que no me importaba que hubiera muerto, sólo pensaba: "Tengo a Marcus, que es mucho mejor".

Entonces Marcus me agarró por los hombros.



-Hciste lo que debía-

-Lo sé-

-Si no, te hubiera matado-

-¿Qué?-

-Los de arriba le mandaron matarte para volver a ser un ángel, pero, sabiendo que moriría hoy,

lo prefirío antes que acabar matándote a tí-

-Aaaa... Que se joda- Noté como si algo se me rompiera por dentro, en la vida hubiera dicho

una cosa así. Una parte de mí quería coger el cuchillo de Marcus y morir junto a Christian, pero no lo hice.

-Sí, que se joda-

-No pensaba que tardaría tando- Dijo una voz a nuestras espaldas- Al parecer el líquido funcinó,

no te puedes fiar del autocontrol de la realeza-



Me giré y ahí estaba Cris, bueno, el Irfio, al segundo siguiente el cuerpo de Cris se cayó al suelo y se materializó, ante nuestros ojos, una sombra, que fue tomando forma de mujer, pelo corto, negro, ojos amarillos y un arañazo en el ojo izquierdo, su aspecto era salvaje y tosco. Llevaba una falada negra, rota y una tira negra de cuero, en el pecho, de la cintura le colgaba una espada y en la espalda llevaba un arco con flechas.

Después de salir de mi asombro corrí a ver como estaba Cris, comprobé que sólo estaba inconsciente. Me giré, de nuevo, para ver a Marcus, que tenía entre sus brazos al Irfio y, con devoción, la besaba. El alma se me cayó al suelo, mis ojos no podía creer lo que estaban viendo, pero era cierto. En ese momento el efecto de extásis y todo eso se me pasó de golpe. Volví al mundo normal y me dí cuenta de lo que había pasado y hecho.



-Marcus, mi amor, tenía razón, no te ha costado nada engañar a la princesita-

-Cualquier cosa para tenerte conmigo, gotita de sangre mia- Vaya ÑOÑADA MACABRA que soltó el colega- Y por sacarme a ese angelucho de en medio-

-¿Qué hacemos con ella?-

-No podemos hacerle nada-

-Tienes razón-



Marcus la soltó y se arrodilló a mi lado.



-Te voy a explicar lo que ha pasado, esto todo lo planeamos Benedit- Señaló a la Irfio- y yo, para deshacernos del angelucho y poder estar juntos. Tu abuelo, nos echó una maldición, pero tu padre no sabía anda y por eso estas aquí hoy. Para juntarnos, alégrate-

-He matado a Christian-

-Sí, esa era la idea. Benedit podría estar en este mundo conmigo, para la eternidad juntos, sin que nadie los molestase, si el ángel moría. Claramente yo no tenía tanto poder para acabar con la vida de un hijo de Arcángel, pero Tú, tú sí-

-¿¡Para que tú y esa ZORRA, pudiérais estar juntos, me cargué a lo mejor de mi vida?¡- Dentro de mí algo explotó, lágrimas salieron de mis ojos, para mitigar lo que llevaba dentro.

-Podría decirse que sí. Pero no te pongas celosa, tú eres algo especial para mí [;)]- Benedit se rió por detrás.

-¡AAAAAAAAAAA!- No podía dejar d egritar, nunca había experimentado tanta rabia.



Mi cuerpo se combulsionó, antes de tomar la forma de espíritu demoníaco y lanzarse contra Marcus. Y entre un mar de lágrimas, llantos y sangre acabé con él, de la misma forma que había acabado con Christian. Benedit, se fue corriendo, en cuanto levanté la vista, mientras el cuerop de Marcus de convertía en ceniza y la rodeaba, para lanzarme contra ella. Sabía que no me perdonaría jamás, haber acabado con la vida del único ser que amaba y que la amaba. Pero no pensaba dejar así las cosas, pensaba encontrarla y matarla, no pensaba parar, hasta acabar con ella con mis propias manos.



Ahora, esa era la única razón por la que decidí seguir viva...













InE..+