sábado, 26 de septiembre de 2009

LA LLAMADA DEL ÁNGEL 5º Cap






CAP 5



Llegué a mi casa, hacía varios días que no veía a mis padres, aunk no estaba preocupada. Marcus estaba tirado en el sofá, como de costumbre, llevaba una camisa negra, desabrochada y unos pantalones negros. Dejé en la puerta mi mochila y fui hasta el salón, me planté enfrente de él, apartó su vista del libro y me miró con sus intensos ojos carmesí.

-¿Qué tal el día?- Le pregunté sonriente
-Pues supongo que bien, aunque no me acostumbro a este mundo... Es tan...-

No pude aguantarlo más, me eché a sus brazos.

-Superficial...- Después del chock, me abrazó con fuerza.

Las lágrimas rodaron por mis mejillas, necesitaba a Marcus y no sabía el motivo, era algo superior a mí. Él no dijo nada, sólo me abrazó, sabía que no quería hablar de ello y eso me gustaba de Marcus, me comprendía...
Llevaba unos días pensando, demasiado, en Marcus y no me molaba nada lo que me pasaba, porque tampoco paraba de pensar en Chris y no me parecía justo. No pasó mucho hasta que me separé y me incorporé sin decir nada. Subí a mi cuarto y me encerré en mis pensamientos, hasta la hora de comer.
Bajé y me encontré con un Marcus servicial y sonriente, que me ofreció un montón de comida, cocinada x él. Me preguntó como estaba y con una sonrisa le dije que mejor. Durante la comida comentamos sobre el calentamiento global, que acabó transformándose en una de las mejores discusiones sobre ropa, que jamás había tenido... (No pregunteis).
Mientras ayudaba a Marcus a limpiar los platos, por sorpresa él me abrazó por detrás, no sé cómo había sabido que lo necesitaba.

-¿Cómo lo supiste?- Me atreví a preguntarle.
-No lo sé, pero ultimamente te siento-
-¿Me-me sientes?-
-Sí, sé lo que sientes, más o menos. Más bien es una intuinción-
-¿Por qué?-
-Supongo que por la proximidad-
-Gracias-
-No, gracias a tí-

Me giró, en sus brazos, y quedé mirándole, suavemente apartó un mechón de mi pelo y volvieros a surgir las lágrimas en mis ojos.
Me sentía extrañamente segura en los brazos de Marcus, Cosa la mar de rara, quería irme, pero a la vez no podía moverme ni un centimetro.
Lentamente deshizo el abrazo y siguió con los platos, corrí escaleras arriba, preguntándome que pasaba. En mi mesita estaba sonándome el móvil, era Miri, ¿qué habría pasado?.

-Dime-
-¡¡Tía!!..¿Qué fue lo de por la mañana? ¡qué miedoo¡- Dijo alterada
-No tengo ni idea, pero es pila raro-
-NO ya..-
-Ultimamente pasan cosas pila raras, lo de Cris, lo mio con Marcus..-
-¿Qué pasó con Marcus?- deprontos pareció muy interesada.
-No seé, que me siento demasiado bien con él-
-Aaaaaaa... Tía debería llamar a Crisuu-
-Puede...Voy a ir a visitarla-
-Mejor, luego me cuentas-
-Okis, venga te kiero-
-Xao, besos-

Volví a bajar, Marcus seguía lavando los platos, distraído, me acerqué a él.

-Me voy-
-Vale, no te metas en problemas-
-Yo nunca me meto en problemas [0=)]-

Se giró y me miró, un impulso me hizo darle un rápido beso en los labios, lo hice y antes de que me dijera nada...

-ADIOS-

Y salí corriendo.

Llegué al gran bloque de edificios donde vivía Cris, piqué en su piso. Me abrieron sin preguntar. Subí en el ascensor y empujé la puerta, que estaba abierta, a simple vista no había nadie, recorrí el pasillo y llegué a su cuarto, abrí la puerta. La ví sentada encima de la cama, con las piernas cruzadas, su pelo estaba despeinado y por encima de sus ojos, que me miraban, intentando penetrar en mí y leer mi alma y su boca se curvaba en una sonrisa algo diabólica, llevaba puesto una camiseta negra y unos shorts vaqueros, encima de unas medias negras, rotas, entonces supe que algo no iba bien cuando ví un colgante con un pentágono en su cuello, de gargantilla, y brillando con la luz anarnajada que había visto, por debajo de mi puerta, el día que conocí a Marcus.
La que me estaba mirando no era Cristina y no tenía ni puta idea de lo que era.

-Sabía que no tardarías en venir-
-¿Qué? o ¿quien eres tú?-
-Tu querida amiga Cris. ¿No me reconoces?-

Con sus brazos se impulsó y dió un salto hasta ponerse delante de mí.

-Tú no eres Cristina-
-Bueno..., es tu problema no creerme-

Su mano alcanzó mi cuello y me estampó contra la pared, apretándome y cortándome la respiración.

-Mmmm... Voy a disfrutar matando a una cazadora de demonios..-
-¿Una qué?- Tosí.
-No te hagas la santa conmigo, te he estado observando a tí y a tu angelito..
Bueno, debería decir MÍ angelito-

Intenté soltarme, pero sólo conseguí que apretara más. En mi mente fui formulando un conjuro de bola de energía cuando ya lo tuve, se lo lancé y la hice retrocer un poco, lo suficiente para poder salir del cuarto, pero cuando quise darme cuenta, estaba delante de la salida.. esperándome.

-¡Sal de Cris¡-
-Ains..[v.v']¿Por qué debería hacerlo? Una simple cazadora no me asusta-
-Pues deberías asustarte- Saqué una de mis navajas, aunque había dejado la mayoría en casa, siempre llevaba mi favorita..jiji..tenía un mecanismo especial que la transformaba en un sable...
-JAJAJAJA, ¿crees que me vas a hacer daño con esa espadita? recuerda
que este es el cuerpo de tu amiga-

!!Mierda¡¡, me tenía cogida por los huevos.

-No me obligues a usarla-
-Sencillo, entrégate-
-No sabes con quién estas hablando-
-Sí, con una sucia cazademonios-
-¿¡Cómo osas?!- Siempre había querido decir eso.
-No creo que merezcas un trato mejor-
-No tienes ni puta idea de con quien hablas-
-Sorpréndeme [u_U']-

Lentamente me transformé y su cara se horrorizó.

-¿Ahora me crees?-
-¿¡Prin-princesa?¡ [:|]-
-Supongo..-
-No tenía ni idea-
-¿Ahora saldras de mi amiga?-
-Un segundo...¿Qué hacías con el ángel?-
-No es de tu incunvencia-
-¡Entonces es verdad¡-
-¿El qué?-
-Estas con el ángel-
-No.. yo-
-Tú no mereces ser princesa- dijo con rabia y desapareció en la nada.

Bajé corriendo las escaleras, siete pisos [-.-''], pero cuandoiba por el cuarto, me tiré por el hueco de las escaleras, no podía perder tiempo.
Salí del portal, sentado, en un banco estaba Chris, que me miraba asombrado.

-¿Qué haces aquí?- le pregunté
-Quedé con Cris.. ¿tú?-
-Vine a verla, pero.. No me la encontré-
-¿Qué?¿explícate?-

Le conté lo que me había pasado, pero no pareció sorprendido.

-¡Ya lo sabias!-
-Ahora entiendes porqué me necesetiba, estaba tratando de averiguar
qué era esa cosa que estaba dentro de ella-
-¿Cuánto lleva así?-
-Pues un mes, pero ultimamente se le notaba más-
-¿Lo sabe alguien más?-
-No-
-Debemos saber qué le sucede-

Fuimos hacia mi casa corriendo, si alguien sabía lo que le sucedía a Cris ese era Marcus, espezaríamos por preguntarle a él.
Nada más llegar, como un rayo, fui hasta el salón, esperándo enconrármelo, pero allé no había nadie...
Subí a mi cuarto, donde, me encontré a Christian miarando a mi almohada fijamente, como soñando para sí. Me acerqué a él por la espalda y me quedé quieta esperando a que acabara. A los cinco minutos se volvió y me miró.

-Estaba recordando el día en el que tefuiste.. En lo que pasó..
Y en lo que me ocurrió despues-
-¿Qué ocurrió después?-
-Pues... Los de arriba se enfadaron bastante cuando pasó
lo que pasó y.. me quitaron los poderes-
-¿¡Qué?¡
-Pues eso, me los confiscaron-
-Te los van a devolver ¿no?-
-Para eso.. debería hacer algo que me pidieron-
-¿Y eso es...?-
-Algo que no piense hacer..-
-Vale... Pero puede que yo te ayude-
-¡NO![¬¬]¡Jamás vuelvas a decir eso¡-
-Sólo lo digo por ayudar ¿vale?. Me acabaré enterando y, te juro,
que haré lo imposible por rehalizarlo, porque por mi culpa perdiste
tus poderes...-
-No jures... Jamás te enterarás-
-Soy una diablesa... puedo sonsacartelo-
-Me dejaron una barrera contra diablos.. Asi que no te molestes-
-Bueno.. pero sigues siendo un hombre y yo soy una mujer, puedo
insinuarme y sonsacártelo-
-Mmm... eso quería verlo- Con voz insinuante.

Se giró y me miró desafiante, pero divertido.

-Como quieras.. Tú lo has querido- sonreí de oreja a oreja.

Fulminé el centimétro que nos separaba y puse una mirada "seductora" y le dí un beso, un pico, y luego fui intensificando el beso lentamente, puse mi mano en su nuca y la otra eb su cintura y le empujé contra el colchón, cayéndome encima de él.
Mis manos acariciaron cada parte de su cuerpo, sin parar de besarle. Al principio no paré, hasta que poco a poco fui apartándome cada vez más hasta que me levanté. Él estaba sudando, apunto de quitarse la camiseta y con un gran bulto en el pantalón. Le miré, casi descogonándome, desde el borde de la cama.

-¡Inés!- casi hiperventilaba- No me seas...-
-Esque Marcus puede llegar en cualquier momento-puse vocecilla de inocente y de que no sabía de que me hablaba.
-¡¿QUÉ?! ¡Buuuuuufff..! ¡Aaaaaaggg!- Cogió mi almohada y se la estampó en la cara.
-No hagas tonterías- le reprendí
-¡¿Tonterias?! Mira como me has puesto-
-Lo ves te puedo persuadir aun no podiendo ser diablesa-
-No me hagas esto..-
-No pienso continuar..-
-¡AAAAAgggg!- apretó mas la almohada
-¡Dios! Christian ya tienes una edad-
-Ya lo sé. Por eso estoy asi porque ya tengo una edad-
-¿Qué? [o.O]-
-¡Ains! [v.v'], que ya tengo 18 y las xorvas me ponen demasiado-
-¡Ostia![:O] ¡no jodas! [¬¬]- me reí.
-Riete todo lo que quieras, sé que tienes tantas ganas como yo-
-Para ser un ángel estas muy salido, ¿sabes?-
-Sí, lo sé. Pero sabes que lo que siento por tí es verdadero- se puso serio-
Te quiero y lo sabes.-
-Sabes que yo también te quiero- Pensé para mi: eso creo...
-Ya no sé lo que sientes así que tendré que fiarme-
-Vamos a centrarnos en lo que nos tenemos que centrar-
-Ahora mismo toda mi sangre esta alimentando a otra cabeza-
-¡Christian, tio¡... Piensa en otra cosa-
-No quiero pensar en otra cosa que no seas tú-
-Recuerda que le juraste a Cris ayudarla-
-Ya, tienes razón, vamos a ponernos con ello-

Se incorporó de la cama y volvimos a bajar, con la intención de esperar a Marcus, pero no nos hizo falta, porque ya estaba en su sitio de siempre, leyendo un libro, que parecía tener más de cien años. La verdad esque al verle me puse contenta, no sólo porque al fin nos podría ayudar, si no, también, porque quería verlo.

-¡Marcus![:D] Al fin llegaste- sonreí- ¿Dónde estabas?-
-En la librería-
-Bueno, no importa. Necesitamos tu ayuda- Habló Christian, con odio. Y con un poco de dolor al decir que necesitábamos su ayuda.
-Mmmm... ¿Para qué?-
-Un demonio-
-Contarme-
-Es un demonio que ha poseído a nuestra amiga y se ha atrevido
a atacar a Inés-
-¿¡A Inés?! ¿Estás bien?- Parecía muy alterado.
-Si,si,si, estpy perfectamente [^^]-
-Pues- se relajó- por lo que me decís, parece un cazador y al que
le han pagado muy bien, pero no me explico como te ha atacado, por
mucho que hayas hecho debemos respetarte. A no ser... que sea un
"IRFIO"- Al pronunciar esta palabra, Christias se llevó las manos a los oídos y se encojió sobre sí mismo, como si sintiera un gran dolor, le agarré.
-¿¡Qué le pasa?¡-
-Es lo que pasa cuando se habla en demoníaco, a los ángeles
les pasa esto y a los humanos les sangran los ojos y la nariz
y le duele la cabeza. Pero es peor en los ángeles, les produce
un dolor muy intenso en todo el cuerpo y un fuerte pitido en los
oídos-
-¿Se pondrá bien?-
-Sí, en unos segundos, tranquila, pero querrá descansar, así que
mejor le dejamos-

Le dí un suave beso en la mejilla y una suave caricia.
Marcus y yo nos fuimos a la cocina.

-A ver ¿qué es un- bajé el tono- "Irfio"?-
-Pues es una larga historia-
-Empieza a contarla-
-Pues..Los Irfios son una de las razas más antiguas
del infierno, pero no respetan demasiado las normas.
Tu antepasado, espulsó a su raza al más profundo agujero
de la verno, por matar a su primogénito. Essa raza quedó
aislada de todo, quien se pusiera en contacto con ella
moririía, pero de vez en cuando alguien lo hace, para que
le hagan un trabajito- Tomó aire-Creo que alguien intenta
acabar con tu vida y creo que sé el motivo-
-¿Cual es?-
-La profecía-
-¿Que profecía?-
-Pues es algo, chorras-
-Tú dimela-
-Hace miles de años, tu abuelo, hizo una pauesta con Dios.
Apostaron que auien consiguiera mantener el cielo y el
infierno separados durante menos tiempo ganaría el pleno
poder sobre la Tierra. Todo estuvo tranquilo durante milenios,
hasta que tu padre quiso tener una hija, la primera princesa
diablesa. Con la seducción de un demonio y el poder de la realeza.
La niña, es decir tú, fue creada para enamorar al hijo de Gabriel
que viviría en la Tierra, entre los mortales, y así poder ganar.
Porque, si un demonio de la familia real mata a un ángel, al hijo
de un arcángel, que son los únicos que pueden concevir, conseguirá
el poder de ambos mundos y será el ser más poderoso. El problema
era esque un ángel y un demonio no se pueden tocar.. eso provocaría
el fin del Universo como lo conocemos.. asi que por eso no podias
enterarte de quién eras hasta que estubieras lista para acabar con él
a sangre fria, siendo humana... La profecía decía que vosotros
luchareis hasta que uno muriese, pero nadie habló de que os
enamorarais...-
-A si que somos juguetes-
-Siento que se tenga que enterar así-
-[:(]Y..¿quién me quiere matar?-
-Creo que los de su especie-
-Pero..¿por qué?-
-Si se enamora del ángel ganarán los ángeles, tanto si se enamoran
como si te mata-
-Eso no tiene sentido..-
-A ver... Si os casais ganan y si le llegas a odiar o él te llega
a odiar ganamos, y si le matas también-
-!!No somos juguetes¡¡-
-Me gustaría que no fuera asi.. pero esta es la relaidad-
-Entonces ¿Tú estas enamorado demí por la profecía?-
-Yo estoy aqué para cuando no sientas nada por el ángel-
-Sólo somos juguetes- Mi tono era sombrío.
-Luego pensaras en eso, ahora toca pensar en como liberar a su
amiga y salvarse usted-
-¿Tú sabes como?- Dejé el tema por el momento.
-Si-
-¿Como?-
-Con la sangre de un bendecido... Un ángel-





La Ine..+


domingo, 20 de septiembre de 2009

La décima musa

Ines, no se si te acordaras de una conversacion que tuvimos por alli, hace mucho sobre nuestras musas... Pues me dio la venada y encontre informacion de las dos XD
Y la pongo aqui porque no tengo otro sitio donde colocarlo

Musa de Inesu: Erato

En la mitologia griega Erato (Ερατώ "La amable" o "La amorosa") es la musa de la Poesía-Lírica-Erótica o Poesía Amorosa. En las representaciones más frecuentes, va coronada de mirto y de rosas, llevando una pequeña citara entre sus manos, instrumento de cuerda que ella misma inventó. En otras iconografías se la representa llevando una flecha de oro, como reminiscencia del ‘eros’, ese sentimiento que ella inspira. A sus pies, generalmente hay 2 tórtolas picoteando y a veces, a su lado, la acompaña el amor alado (el dios Eros) provisto de un arco, flechas y carcaj; y algunas veces, de una antorcha encendida.

Por otro lado, existe una pequeña vertiente religiosa del común cristianismo basado en la musa Erato. Su nombre es Eratismo, y sus seguidores anhelan un mundo de amor y desenfreno erótico. Se ha considerado como su biblia la novela "Éxtasis" (Ecstasy), novela erótica y de ciencia ficción de la autora Nina Bangs, primera parte de lo que va siendo una tetralogía, la "Saga Mackenzie", siendo uno de los personajes de este libro, la llamada Chispa de Estrellas, la mesías del Eratismo, gracias a sus artes seductoras y sus palabras relacionadas por entero al mundo erótico-sexual. La principal concentración de eráticos del mundo se encuentra en España, disgregada entre Baleares, Barcelona y Canarias. Para convertirse al Eratismo no es necesario ritual alguno, bautizo o comunión con la "diosa", simplemente prodigar el amor libre y la sexualidad en todos sus aspectos en el resto del mundo

Mi musa: Ayéele


Ayéele, también conocida como “musa de los mentirosos” es, en la mitología griega, la décima musa, hermana repudiada de las otras nueve. Se suele representar con una vara de sauce, símbolo de los ladrones, coronada con una estrella de diez puntas y con un cordero cornado a los pies, como signo de la inocencia peligrosa. En otras iconografías se la representa como una mujer no excesivamente bella pero rodeada de tapices (presumiblemente tejidos por ella misma) como reminiscencia de que las cosas mas bellas pueden salir de las manos menos agraciadas.

Se la considera la “musa perdida” un mito dentro de otro mito. Ayéele fue repudiada por sus hermanas por su innoble ocupación y quedó relegada en el culto de los templos y artistas, por eso no es tan recordada y ni tan representada como sus hermanas.

Se redescubrió en 1856 cuando Mark Lensgrtrad halló el celebre manuscrito del templo de Delfos, donde se la mencionaba de pasada. Desde entonces, bajo una nueva lupa, se encontraron referencias veladas a ella.

Es “la musa de los mentirosos” por su afición a susurrar embustes ingeniosos aunque se la considera también madre de la inspiración fantástica y novedosa, ya que, citando a J. R. Tolkien “¿Qué es una novela fantástica sino una sarta de mentiras cada una mas grande que la anterior?”